Un Sábado de Noviembre, ruta, balnearios, carreras de autos, playa, cerros y para redondear el día faltaba darle algo de ¨tradición uruguaya¨...un sutil toque ¨campero¨ y lo veníamos necesitando hace mucho rato, al menos yo..., como que el campo tira...
Así que el Viernes, unas horas antes de ir al Teatro, se me ocurrió llamar a Juan...si, Juan Aznarez. Habíamos hablado hace ya más de un año, cuando andaba buscando pastoreo para dos caballos que quería comprar, uno para mí y otro para Nacho..., pero, quedo en la nada. La historia con Rosita se precipito, la Gorda quiere si ó si que me vaya con ella a USA y los caballos pasaron a un plano secundario...como tantas cosas...
Busque y busque en el celular hasta encontra el número de Juan. La idea era pedirle que me preparara dos caballos para el Sábado, ibamos a Piriapolis, a las carreras y era la oportunidad...Pero Juan no contestaba..., lo llame en varias oportunidades y nada...Asi que llame a un gran amigo en común de ambos, Joaquín...tampoco contestaba, es que los Viernes a la tarde en este país, todo el mundo anda como loco intentando cubrir los bancos y dejar todo arreglado para poder borrarse el fin de semana...Así que prácticamente di por terminada mi locura equina y me fuí al teatro...
Al salir, busque desesperadamente enterarme del resultado del partido entre Uruguay y Chile..., luego nos fuimos a comer unas pizzas al Gaucho y estando allí, me acorde que tenía el celular apagado, al encenderlo había dos mensajes de Joaquín...Lo llame y resumiendo me dijo que no me hiciera problema, que fuera directo para la estancia y hablará con Silva, el capataz...que seguramente no habría problemas...y perdido por perdido, decidimos hacer eso...
El que nos conoce sabe que no somos muy complicados, ninguno de los dos, nos gusta la tranquilidad, la paz...una onda bien tranqui. Ya pasamos la edad del movimiento y del ruido, aunque a veces le ponemos un poquito de color a la vida, se puede decir que la llevamos suave...Ese es también el mótivo por el cual le disparamos bastante a todo lo que tiene un perfil muy turístico, generalmente además de ser cosas o servicios caros, son cosas o servicios ¨preparados¨ para vender, no son genuinos, reales...es como que son una ¨fantasía¨...así que preferimos lo sencillo y autóctono. Y en esa onda, hacía tiempo que le tenía unas ganas bárbaras a la ESTANCIA BELLA VISTA..., hace 35 años me quede allí unos 10 días. No tenían hospedaje como ahora, nos quedamos por una razón de amistad, eramos un grupo del Opus Dei y la familia Aznarez integraba la obra...Dormimos en sobres de dormir, en el piso de lo que hoy es la ¨PULPERIA¨..., por aquella época era la barbacoa de la estancia, y estaba preciosa, tanto o más que hoy...Y desde aquel entonces, siempre que paso, y lo hice en miles de oportunidades, la miro desde la ruta con unas ganas bárbaras de entrar, güardo el mejor de los recuerdos de aquellos días, hace ya más de 35 años...
Creo que era el momento. Rosita está muy metida en lo que es la vida en USA, en la ciudad, el trabajo y todo ese ritmo infernal que llevamos los que vivimos en la city...Nunca una frenada...un parate...un rato para oir el viento, para ver las flores...que se yo...La oigo y me cuenta que Flopy, que va a cumplir 13 años en toda su vida debe haber visto un par de veces un caballo...ja ja...increíble verdad?...por eso, me pareció un exelente momento para recorrer aunque más no sea un rato, el casco de la ESTANCIA BELLA VISTA...
Entras desde la ruta y ya te invade esa sensación de ¨estancia¨...de cosa importante, de ganado, caballos y la mística del ¨gaucho¨. Árboles y árboles...sombra, un aire fresco lleno de oxígeno, el ladrar desesperado de un perro criollo que avisa que alguien desconocido está entrando...Un peón que sale al cruce, te tiende la mano y con voz amable y firme te regala un ¨buen día¨..., esos buenos días que solo la gente del campo sabe decir...¨A Silva lo encuentra por el fondo, por la pulpería...pase, pase, lo va a encontrar...¨
Una enorme parrilla, con un montón de coronilla y tala ardiendo a un costado..., la gente se preparaba para un buen asado criollo...Y Silva que no aparece...Lo habían visto, debe andar por ahí, pero no aparece...Un pibe con la 9 de Suarez corriendo detrás de una pelota en el parque de la estancia, para, me mira y dice: ¨Silva es mi abuelo...espere Sr., ya se lo llamó...¨ , y desapareció después de abrir una puerta...
Por fin, aparece Don Silva, el capataz de la ESTANCIA BELLA VISTA..., un ¨gaucho¨ de verdad. Duro, adusto pero a la vez con esa calidez y amabilidad de nuestra gente de tierra adentro...Luego de las presentaciones de rigor y de explicarle que no pudimos hablar con Juan Aznarez, le contamos que ibamos rumbo a las carreras en Piriapolis, y que una vez que terminarán, nos gustaría recorrer la estancia a caballo, que él nos pusiera la hora y nosotros estaríamos ahí...
Don Silva me explico que en esos momentos preparaba un asado para un grupo que festejaba un cumpleaños...que no nos podía atender, pero, que si estabamos de acuerdo, a las 4 de la tarde nos tendría dos caballos listos y un guía para dar un paseo por la estancia...
Qué más Don Silva???!!!!...eso era música para nuestros oídos...Esa es mi gente!!!...sin vueltas, cortito y al pie...sin peros, derecho al grano...como debe ser. Un genio Don Silva!!!...Quieren andar a caballo? ok...16 horas acá y chau, listo...solo nos hizo la pregunta de rigor: saben andar a caballo??? ja ja...dios mió...ja ja...si, yo más o menos, hace como cuatro años que no ando, y la Gordita rubia que está sentada en el carro, es mi mujer, vive cerca de Bostón, USA y tiene un pingo que se llama Mitsubishi, no tiene cuatro patas, tiene cuatro ruedas y es en lo único que anda...ja ja
Si le llego a decir a Don Silva que Rosita me pedía a gritos que le dijera que preparara un solo caballo para los dos, el ¨gaucho¨ se me muere de risa...Así que, dos caballos, 16 horas... y ibamos a ponerle a está aventura de quererte, un poco de románticismo sobre 4 patas..., el escenario, la preciosa ESTANCIA BELLA VISTA...
Un agradecimiento inmenso por supuesto a Don Silva, a Alejandro el hijo, quien fue nuestro guía y por supuesto, a Marcos Aznares quien regentea la estancia en todo lo que tiene que ver con los alojamientos y a Juan Aznares quien maneja todo lo referente a los caballos..., dos tipazos!!!
La nota de la cabalgata va aparte.-
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