Tres Cruces...Montevideo, Uruguay. Un punto de encuentro. Un punto por donde todos los que salimos a recorrer está ciudad día a día, en algún momento pasamos...no importa donde vayamos, para donde vuelvamos, siempre pasamos...
La terminal de buses de larga y mediana distancia, la loba, el shopping, el Hospital Británico, Medica Uruguaya, el Parque de los Aliados y las nuevas Torres de apartamentos y oficinas...todo el entorno de un mítico barrio de Montevideo...Un punto de encuentro...Justo hoy...que la fortuna quiso que nos cruzaramos con el Negro...
Arrancamos temprano...teníamos que solucionar lo del CERTIFICADO DE BUENA CONDUCTA...ya no hay que pedir hora, es solo ir y hacer el trámite...No teníamos ni el auto ni la camioneta..., así que decidimos caminar..., y arrancamos. En el camino fuimos charlando y observando la ciudad, en muchos rincones de la misma tengo historias...y veníamos en eso, relatandole a Rosita muchas de esas historias. Una de ellas hablaba del mejor de mis amigos durante la infancia y buena parte de la adolescencia..., el Negro, o simplemente, Eduardo...
La ciudad iba pasando..., atravesamos diferentes barrios y nos metimos en la Agüada...y recorde que el día del velorio del Hugo, el Hno. Aurelio de la Sagrada Familia me había dicho que Eduardo estaba viviendo por la cancha de Agüada, entonces le dije a Rosita: ¨por aquí debe vivir Eduardo, pero en realidad no tengo idea ni de la calle, ni del número..., tengo que llamar a Aurelio para que me lo de...¨. Y seguimos caminando.
Unos minutos más tarde, alguien realizó un milagro...miro hacia el frente y me veo venir a un tipo caminando muy rápido, cargando en uno de sus manos, las bolsas de un supermercado...No era otro que el Negro..., fue instántaneo..., nos confundimos en un abrazo, nos dimos un beso...y le presente a Rosita. En 35 años es la segunda o tercera vez que nos encontramos. Eduardo recorrió buena parte del mundo, siempre enseñando y atendiendo las problemáticas de los adolescentes. Casí pelado, con barba..., pero igual que siempre. Se casó, tuvo a Lazaro, al cual no he conocido todavía y abandono buena parte de su vida para formar una familia...Tampoco conozco a la afortunada que se lo llevó, debe ser una genia...
Fueron apenas unos minutos, el Negro debía llevar sus víveres a la casa y enseguida salir hacia el Liceo en donde da clases...apenas si intercambiamos los números de célular y quedamos en llamarnos...más nada. Pero quedo flotando en el aire ese deseo de encontrarnos...
Tres Cruces..., un punto de encuentro. Un punto de encuentro que refleja los contrastes y cambios de está pequeña ciudad, Montevideo..., donde todo el mundo ¨se conoce¨..., donde todo el mundo se encuentra tarde o temprano...Tres Cruces, el recuerdo de una hermosa misa ¨papal¨...y las imágenes de una ciudad que avanza...
Negro, te llamo...y nos encontramos por Tres Cruces!!!
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